Los colores de los enlucidos y los frescos murales se difuminan con el tiempo, recordando la elegancia y el prestigio de la arquitectura europea del siglo XVIII, revelando toda su relevancia en el diseño contemporáneo.
Siete sofisticadas tonalidades, con un aspecto polvoriento que realza los refinados matices de color y la delicada textura de la superficie, y cinco refinados motivos decorativos y dos mosaicos que recuerdan el arte del pasado con toda la creatividad del presente.
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