Los surcos característicos de Sigvard Bernadotte inspiraron la sencillez de esta taza de uso diario. Equipada con un asa curvada, perfecta para agarrarla, los detalles texturizados añaden intriga al diseño. Robusta y elegante, la taza está hecha de porcelana blanca esmaltada, se puede lavar en el lavavajillas y se presenta en un juego de dos.
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