Un juego de contrastes, una alternancia de luz y oscuridad expresada a través de líneas, bandas y relieves en los que el negro profundo contrasta con el blanco puro, pulido y tallado de la porcelana. Formas básicas para una colección de objetos con un diseño mínimo.
Blanco y negro, el eterno contraste, símbolo de una elegancia atemporal.
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