La hipnótica percusión de los ritmos cariocas se consigue con primor - dial instrumentos: las manos. Para rendir homenaje a las manos de los esclavos negros, los primeros percusionistas brasileños que podían "batucar" tambores y hacer bailar a la gente en una mezcla de música y religión, Batucada parece querer sostener la preciosa fuente de luz entre las dos manos, ocultándola o revelándola cuando sea necesario.
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