La pigmentación ennegrecida profunda de nuestro rojo del sitio de la consumición da un final rico de Borgoña con una sensación maravillosamente envejecida. Esto, nuestro rojo más elegante, toma su nombre del colorante de los damascos rojos tan populares en comedores en los mediados del siglo XIX y lee casi como una púrpura saturada si usted la compara a parecer más moderno encarnado.
---