La mesa brancusi tiene el particular mérito de haber sido creada con antiguas vigas de roble recuperadas de edificios que se remontan a 1800.
Las vigas son cuidadosamente seleccionadas por un artesano que elige las mejores antes de trabajarlas personalmente.
A continuación, se seleccionan en la fábrica y se cepillan, se escuadran y se ensamblan con uniones de cola de milano para ser encoladas y pantografiadas para crear el tablero.
La tapa lleva una incrustación en ébano, símbolo de la investigación vinculada al artista que le da su nombre.
La base está formada por un ensamblaje de ocho piezas en roble, y es el resultado del proceso de torneado que genera la semiesfera de soporte del suelo a la que se fija la estela que sostiene la parte superior.
Este producto, completamente de madera maciza, presenta todas las características de un material vivo.
---