La mesa Zero-In crea una ilusión de ingravidez, con paredes inclinadas sin juntas en ángulos inesperados rematadas con una superficie de cristal, todo ello sostenido por pies ocultos que crean un hueco de sombra bajo la estructura.
Construida a partir de una cinta aparentemente sin costuras, la mesa Zero-In se ha convertido en una de las favoritas de los arquitectos y sus interiores modernos y tecnológicos. La Zero-In utiliza una construcción de doble pared que hace posible que las pendientes converjan en un ángulo inesperado. El tablero de cristal templado, un cuadrado suavizado con ángulos redondeados, es resistente, seguro y tiene una gran capacidad de carga.
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