Un objeto intrigante. Cautivador.
Sus formas suaves y sinuosas se entrelazan y componen un juego de signos y volúmenes fluidos que invitan a saborear la suavidad de las superficies.
Por eso hay que sentir cada curva de su estructura, porque envuelve al usuario como una mano suave, grácil y acogedora.
Así resurgen en la memoria arquetipos, reinterpretados en clave contemporánea, que permiten a Belladonna transmitir una sensación de seguridad y tranquilidad inmediatas.
Y estas impresiones se trasladan después a una agradable comodidad de uso que completa la particularidad y la belleza del objeto.
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