Si queremos asombrarnos, no necesitamos cosas sobrenaturales: la naturaleza ya es suficientemente sobrenatural. Basta con echar un vistazo al rocío matutino o vespertino que forma las distintas caras de las plantas. Inspirándose en estas gotas de rocío, la diseñadora Rasa Balaišė ha creado un espejo llamado Dew, un elegante homenaje a las cualidades reflectantes y estéticas de este fenómeno. Disponible en tres tamaños, Dew puede ser de color bronce, gris oscuro o clásico, sin color. También tiene sus propias cuatro pequeñas "gotitas" que actúan como detalles funcionales: en la superficie inferior se pueden colocar estos accesorios de cristal en forma de burbuja, capaces de albergar joyas ligeras, a juego al mismo tiempo con la combinación de colores elegida. Al igual que las gotas de rocío reales, el espejo contiene tanto un encanto de otro mundo como una función cristalina. Y al igual que el rocío, refresca y aporta un toque de misterio. Así que, aunque alberga una poderosa historia por sí mismo, Dew es perfecto para llenarlo con tus propios rituales de estilo.
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