Espejo con trasera de madera y pequeño estante de roble, acabado natural o negro. Por sus proporciones particularmente armoniosas, este espejo abre una ventana en la pared, enmarcando atisbos de vida y de personas, reflejando la profundidad de los objetos que pueden colocarse en la preciosa repisa de roble con esquinas redondeadas. Por eso se adapta a todos los ambientes, renovándolos.
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