Como admirador de Alexander Calder, Schottlander creó en 1951 la serie de lámparas MANTIS. El movimiento es intrínseco a toda la obra de Schottlander: artista, ingeniero y, en no poca medida, manitas, ideó un ingenioso sistema de contrapesos combinado con una serie de barras metálicas fuertes y flexibles. La pantalla también es única en su género.
Como un acróbata suspendido en el aire, está fabricada en aluminio mediante técnicas de hilado y persecución que forman parte del inventario de habilidades del metalista, pero a las que ha aportado su ojo de escultor para crear un movimiento helicoidal.
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