La construcción de la informalidad
8 piezas de madera, 4 varillas cuadradas, 2 paneles de tela. Todo construido estrictamente en ángulo recto. Los paneles de tela se colocan en cruz. 2 abrazaderas de metal. Listo. El primer fenómeno es que unos componentes tan minimalistas, cuando se juntan, producen un mueble tan relajado. El segundo es que parece recién creado. Ya en 1965, el diseñador Gerd Lange ideó el predecesor idéntico de la silla Farmer.
Si antes este mueble de asiento adornaba sobre todo los patios de los bohemios artísticos, hoy puede utilizarse en todas partes. Ya sea en la sala de espera de una joven empresa emergente, en un salón privado o al aire libre*. Por cierto, esto no se debe a que Farmer se adapte a su entorno; al contrario, el entorno complementa a Farmer del mismo modo que una galería complementa una obra de arte.
A pesar de su diseño minimalista, cada detalle está pensado con mimo. Como las lamas de los tablones de madera maciza, el respaldo que puede moverse libremente hacia delante y hacia atrás e inclinarse, o la tela de exterior, muy resistente y de secado rápido, que se estira con cuerdas.
Un manifiesto de longevidad
No sólo el estilo está diseñado para durar, sino también el material: madera maciza aceitada en toda su superficie.
El bricolaje de los tiempos en que el bricolaje aún no existía
Unir las lamas, tensar la tapa y listo. En su momento, el principio modular del diseño de Gerd Lange fue innovador. Y tan sencillo y lúdico que cualquier profano podía montar su propio Farmer fácilmente, casi de forma lúdica, tanto entonces como ahora.
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