Alisado o natural, elaborado o rústico, cada trozo de madera encierra en sí mismo muchos aspectos, tantos cuantos son sus vetas, y tantos cuantos son sus colores. Para lograr entender es suficiente pasear por la orilla de los canales de Venecia, y observar los duques de Alba. Esos trozos de madera que emergen en voz baja de la laguna e indican el camino a los navegantes encerrando en sí mismo cada uno de los colores y matices. El alma secreta de la madera.