La atmósfera de la Gran Manzana y los atractivos detalles crudos que distinguen a los barrios más característicos de Nueva York cobran vida dentro de las paredes de la casa, gracias a una colección que hace un viaje a través de los colores de una metrópoli que es un icono del chic industrial.
Los colores clásicos -blanco, almendra, negro y gris- dan un aspecto fresco y elegantemente contemporáneo, gracias a una superficie de cerámica que produce un efecto calizo y mate capaz de emular las elegantes fachadas de Brooklyn Heights, o de uno de los barrios de piedra marrón con más clase del Upper East Side. Y es gracias al esfuerzo invertido en investigación y desarrollo, orientado a definir un nuevo esmalte con un impacto material impactante, un auténtico concentrado de tecnología, que el aspecto metropolitano se apodera de las paredes en el tamaño 6x25.
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