Elementos deliciosamente cambiantes y sofisticados, típicos de la cultura japonesa, abren nuevos diálogos para los espacios de vida contemporáneos.
El arte de la recomposición es la delicada lección simbólica sugerida por el antiguo arte del kintsugi, interpretado por Fioranese en las baldosas de efecto hormigón que se combinan con el brillante resplandor del metal, listas para realzar ambientes acogedores y poco convencionales.
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