Lola es discreta y servicial. Una presencia de ausencia que deja espacio a la luz y lleva exactamente a donde se necesita. De pie o de mesa, está hecha a mano, íntegramente en latón. Es difícil quitar algo. Lola es la luz en su esencia.
Todo lo que merece ser hecho, merece que se haga bien.
Poner el alma en ello. Esta es la regla básica que me he impuesto en todo lo que hago y he inculcado en las personas que trabajan conmigo.