Un prado de flores moviéndose con la brisa. La amapola tibetana crece en las altas mesetas del Himalaya, en el pequeño pueblo de Manali. Sus estambres dorados y sus suaves pétalos han inspirado unas estilizadas flores de amapola en aplicación de terciopelo sobre un tejido de algodón. Están bordadas con una gama de hilos con distintos acabados brillantes y mates y una diversidad de puntadas para resaltar la exquisita textura.
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