Simplicidad absoluta, ésta era la intención del diseño del Volterra: un espejo en el que el marco es un simple "cinturón" de cuero que enmarca el elemento.
La superficie del marco es, de hecho, una ancha banda plana que sirve de soporte a la piel: aprovecha los cortes artísticamente ejecutados para optimizar el consumo y evitar desperdicios. Y los subraya con costuras que resaltan la suavidad de la tapicería.
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