Al igual que el Skipper, la idea surgió de la observación de la concha del nautilus: cada segmento es en sí mismo una forma simple, combinada con la siguiente en una progresión curvilínea para crear una estructura extremadamente robusta.
Esto es cierto no sólo en la naturaleza: el Sanremo tiene una estructura curvada de madera contrachapada, hecha de componentes muy sencillos cuya unión lo transforma todo en un volumen excepcionalmente ligero y resistente.
Los ángulos particulares del perfil de estos segmentos agregados permiten una conformación anatómicamente ideal, casi como un cabestrillo que sostiene el cuerpo en la posición óptima para trabajar en un escritorio, casi como si fuera el asiento de un piloto.
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