Se conoce como mampostería al tradicional sistema de construcción que se basa en el levantamiento de muros mediante la colocación manual de los materiales que los componen (mampuestos). Estos materiales son mayoritariamente piedra y se caracterizan por su poca uniformidad y una disposición de forma aparejada.
Mampostería tradicional
Para la construcción de estos muros se pueden emplear diferentes técnicas para la adición de la piedra, pero vamos a comentar las más empleadas:
La mampostería en seco, donde es muy importante la elección de los mampuestos para procurar la estabilidad, no se emplea mortero y en su lugar se colocan pequeñas piedras para rellenar los orificios y calzar las piedras.
La mampostería ordinaria, en la que se utiliza una mezcla de cemento o cal, con arena y agua y los materiales se organizan procurando que los espacios a rellenar sean mínimos. Antiguamente se utilizaba el barro, al cual se le añadían otros elementos naturales como paja, y en algunas zonas rurales excrementos de vaca y caballo.
Las paredes de piedra y mortero, producto de la mampostería, son de gran durabilidad y resistencia y procuran una apariencia limpia. La mampostería tradicional genera fachadas estructurales y portantes, aptas para construcciones de gran altura.
Como diríamos hoy en día, la mampostería es un sistema ambientalmente sensible, decimos esto porque su construcción permite una reducción en los desperdicios de los materiales empleados.