Hay objetos que se esconden tras los gestos cotidianos, como la cucharilla con la que se mezcla el café por la mañana, el espejo de la entrada o un reloj que te recuerda que también hoy llegas tarde.
ALLORA es el reloj de pared que no se deja olvidar y que, con su sencillez, endulza incluso las mañanas más caóticas. Compuesto por dos placas de metal superpuestas, Allora recuerda a las manchas de color de una acuarela o un dibujo hecho con prisa.