“Hay que estar bien. Estés donde estés, pero bien”. Esta frase de Joana Bover define el espíritu de su lámpara Atticus. Una lámpara que acoge y acompaña, haciendo que cualquier momento y espacio sean más atractivos. Estética y sencillez, pero también versatilidad y funcionalidad. Con Atticus, menos es más. Ligera y sencilla en su diseño, pero sofisticada en las posibilidades que ofrece desde su discreta personalidad. “A mí me gustan las lámparas que no molestan”, dice siempre Joana. Atticus está siempre ahí, creando atmósfera, envolviendo, pero sin apenas ocupar espacio en superficie. Una compañía que nos sigue a donde nosotros queramos: al lado de la mesa mientras cenamos, junto al sofá, o en el jardín participando en el diseño de construcciones efímeras.