El clinker es una arcilla histórica particularmente resistente con un aspecto vitrificado típico en su superficie. Se produce por cocción a temperaturas muy altas. Este material de revestimiento ha sido utilizado desde el final de la Segunda Guerra Mundial por Caccia Dominioni, Gardella, Ponti, Albini (y otros) en muchos de los edificios simbólicos de Milán en los años 50. El clinker, según los diseñadores que destacaron sus cualidades, se suponía que era una especie de textura translúcida y colorida que cubría el esqueleto del edificio. De esta referencia arquitectónica nace la inspiración para la colección de clinker de BottegaNove: de los ladrillos hexagonales de mosaico, hechos en arcilla negra, con altas características mecánicas y una superficie vitrificada. Los ladrillos tienen diferentes matices alrededor de los tonos verde y verde azulado. Diferentes temperaturas de cocción intervienen en la vitrificación de los esmaltes creando así matices y colores con diferentes matices.
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