El rasgo distintivo del aparador Dorian son las ranuras verticales de las puertas, que les confieren movimiento; de este modo es capaz de romper la linealidad de la pared sobre la que se apoya, añadiendo así un papel puramente estético a su función intrínseca de aparador. Las puertas y la estructura de este aparador son de madera, un material que confiere elegancia al conjunto, pintado en los acabados blanco, bronce o plomo. La base está disponible tanto en una versión con dos patas, para un efecto visualmente más ligero, como en una versión de zócalo para una percepción más compacta de la figura.