El Aparador Carmo es un verdadero homenaje al rico patrimonio artístico y cultural de Portugal, que combina tradición e innovación en cada detalle. Cubierto de azulejos pintados a mano, el aparador también incorpora la técnica japonesa del kintsugi, en la que las imperfecciones y grietas de los azulejos se resaltan con trazos dorados, creando una pieza única que celebra la belleza en las cicatrices del tiempo. Con cuatro puertas en el exterior, Carmo revela en el interior un refinado marco forrado en pan de oro, con cuatro cajones que evocan la opulencia de los palacios antiguos. Dos estantes de cristal bronceado añaden un toque contemporáneo, equilibrando a la perfección funcionalidad y elegancia. Dividido en dos compartimentos distintos, Carmo es una pieza central que trasciende el mobiliario tradicional y puede ocupar el centro del escenario en cualquier espacio sofisticado. Con su exquisita ejecución y su lujosa estética de 360 grados, este aparador es una verdadera obra maestra del diseño exclusivo y artesanal, que refleja el espíritu de la personalización y la exclusividad.
Características del producto
El aparador es una pieza única, recubierta de azulejos pintados a mano mediante la técnica kintsugi, en la que los azulejos rotos se restauran con detalles dorados. Cada pieza es única y puede variar, ya que el proceso de romper y restaurar los azulejos nunca es el mismo, lo que refleja la esencia del trabajo hecho a mano. En el exterior, el aparador tiene cuatro puertas, mientras que en el interior hay cuatro cajones forrados con pan de oro y dos estantes de cristal de bronce. Dividido en dos partes, este aparador es un ejemplo perfecto de cómo el lujo y la tradición se dan la mano en una obra de arte viva y cambiante
Artes y técnicas
Azulejos pintados a mano, dorado en pan de oro, trabajo en metal.
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