La influencia del clima y los cambios de temperatura en las diferentes estaciones a lo largo de los siglos han dado lugar a este aspecto único de las superficies de las tablas antiguas. Al igual que el agua del río alisa los acantilados a lo largo de los siglos, la lluvia, la escarcha, el granizo y el sol cuidan de la madera, dejando en ella líneas profundas y fuertes, además de colorearla de plateado claro a casi negro.
Aplicación
Revestimiento de paredes exteriores, decoración de paredes y techos interiores de edificios.
Estas tablas suelen proceder de viejos graneros y molinos donde las tablas han permanecido durante décadas bajo la influencia del viento, la lluvia y el sol. Se procesan y limpian cuidadosamente prestando la máxima atención al color y la textura.
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