La radiación UV-C tiene un efecto fotolítico sobre el ADN, los microorganismos como bacterias, mohos, levaduras y virus no pueden replicarse. El efecto purificador se obtiene con longitudes de onda inferiores a 320 nm, con una eficacia máxima a 260 nm. Nuestras lámparas germicidas emiten luz a 254 nm, aproximadamente el 85% de la eficacia máxima, y no contienen ozono.
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