Discovery es el último proyecto de Ernesto Gismondi. No es un proyecto cerrado, sino más bien una visión, un concepto de cómo puede interpretarse la luz a través de la investigación tecnológica, la experiencia optoelectrónica, la cultura del diseño y el saber hacer en la producción. Carlotta de Bevilacqua profundiza aún más en el principio, explorando nuevas posibilidades para crear un diálogo dinámico entre la luz, el espacio y nuestra percepción.
Dentro de este algoritmo óptico surge un toque inesperado, explorado en diversas formas y tamaños. Un corte diagonal, que recuerda a los lienzos de Fontana, altera la superficie partiéndola por la mitad. Esta intervención permite manejar la luz de dos maneras. Rompe la uniformidad de la superficie del Discovery dividiéndola en dos emisiones luminosas diferentes, cada una perfectamente calibrada en sus características lumínicas.
El corte interrumpe la secuencia de microincisiones que extraen la luz, creando un nuevo equilibrio entre dos tipos de luz, similares o contrastados. El espacio que se abre entre las dos partes entabla un diálogo, permitiendo que las emisiones del perfil del marco se separen libremente y varíen de forma independiente.
Esto impulsa aún más la posibilidad de ser autores de la propia luz en el espacio. Permite equilibrar una percepción clara a través de la luz blanca con un ambiente colorido, ajustando varias temperaturas de color, jugando con las opciones cromáticas para alinearse con los ritmos de actividad, fomentando el bienestar e interactuando con el entorno a través de la transparencia.
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