Verdadera poesía mecánica, su hoja de madera en voladizo total, como en levitación, parece desafiar las leyes de la física. Refinado y gráfico, el diseño del banco sin respaldo Montgenèvre recuerda un boomerang de madera y metal que hace que uno quiera volver. Su gran superficie lo convierte en un lugar polivalente para descansar y compartir, sentarse con las piernas cruzadas, tumbarse, hacer un picnic, trabajar...
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