La cubierta alta es un remanso de paz en medio del jardín.
Une la estética de una veranda con la modularidad de una cubierta de piscina formando un espacio de vida en sí misma. Su volumen interior permite quedarse al borde de la piscina después del baño.
Para disfrutarla al máximo, imagínesela albergando su mobiliario exterior, mesa y tumbonas.
Una solución adaptada igualmente a aquellos que desean crear un espacio de relax, de deporte y de fitness o un salón exterior del estilo de un «invernadero de naranjos» con las vidrieras como las de antaño...
Una estructura de diseño, ligera y modular a la vez, una microarquitectura en el jardín que aporta un verdadero valor añadido a la casa.