Arid emula la intimidante y grandiosa extensión del desierto del Sahara, creando la ilusión de que su espacio se extiende mucho más allá de su estructura arquitectónica. Las geométricas grietas repartidas por el piso invitan a los transeúntes a olvidarse de las paredes que los rodean y, en su lugar, sienten como si estuviesen dando sus primeros pasos en un maravilloso viaje hacia lo desconocido.