Entre todos los diseños icónicos de Marcel Breuer, el D40 de 1928 ocupa un lugar especial. Se podrían trazar sus contornos con los ojos cerrados. Una elegante curva en S que describe una ligera diagonal en el tercio superior: el respaldo. Una experiencia dinámica que destila calma. Porque cada curva del tubo de acero está finamente equilibrada. Arco-curva-contracurva: una construcción que concilia armoniosamente todos los contrastes. Esto ha sido posible gracias al acero tubular curvado, una tecnología que ha revolucionado el diseño de muebles. Y lo hizo más ligero que nunca. Marcel Breuer escribió en 1924: "Una silla... no debe ser horizontal/vertical, ni expresionista, ni constructivista", debe ser una "buena silla, entonces hará juego con una buena mesa"
Pero la gente quería saber exactamente qué es una buena silla. Porque una cosa era cierta: Breuer no estaba dispuesto a transigir. Por eso, el acabado también tenía que ser de primera calidad. Las correas de tela se crearon especialmente en el propio taller de Grete Reichert a partir de múltiples hilos de algodón retorcidos, tratados con parafina para mejorar su estabilidad y resistencia a la suciedad, y conocidos como "eisengarn" (hilo de hierro). Incluso hoy en día, las correas del asiento y el respaldo están fabricadas con un material especialmente resistente. Esto permite sentir todas las ventajas de una "buena silla".
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