La junta entre un azulejo y otro cubre exigencias técnicas y estéticas. Desde un punto de vista técnico la junta compensa los efectos de la dilatación y contacción que, con el pasar del tiempo, puede causar tensión entre los azulejos y el fondo de colocación. Estéticamente en cambio las juntas mimetizan eventuales defectos de calibrado y ortogonalidad del revestimiento y, si son de color, valorizan toda la superficie.