Inspirado en la superficie lunar, el mango de Vogel lleva el nombre de un pequeño cráter lunar, estableciendo la conexión con el patrón compuesto por miles de cráteres diminutos, produciendo sombras y formas únicas que imprimen la firma del Serpiente utilizando patrones orgánicos singulares. Esta pieza reproduce varios impactos de la naturaleza, resultantes del contacto de otros cuerpos celestes con miles y millones de años. Creando formas únicas que pueden ser descubiertas y redescubiertas en cada toque y en cada mirada.
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