La palabra finlandesa "lovi" significa ranura o hendidura, pero "caer en un lovi" se refiere a caer en éxtasis o, en general, encapricharse o encapricharse de algo. En la silla Lovi, el usuario "cae" en su interior receptivo y suave, que contrasta con la forma geométrica y prismática del exterior. Un armazón de finas varillas de acero sostiene el asiento de madera maciza como si fuera un cuenco. La silla ofrece ligereza de perfil, formando una poderosa yuxtaposición visual contra la masa del asiento.
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