Su glamour y delicada belleza han valido al mármol Báltico un merecido hueco entre los materiales más distinguidos.Sobre un fondo crema salpicado de pinceladas grisáceas se aprecian destellos ocres de gran tamaño que vienen a sumar más belleza si cabe, a unas piezas con maravillosas posibilidades decorativas. Con acabados tan espectaculares como el apomazado o el pulido, este último el encargado de darle ese brillo cercano al oropel de palacios y edificios de gran lujo. En ambas opciones elevan a primera categoría el glamour que desprende. Ese delicado tono es el que además hace que se convierta en una opción que funciona en la mayoría de ambientes cubriendo con creces las expectativas más exigentes. Desde los espacios más clásicos hasta los más modernos, el mármol Báltico es una pieza clave y siempre una apuesta segura.