Charlie contribuye al sentido del movimiento en espacios públicos vibrantes. La superficie de la mesa y los asientos son planos flotantes, conectados, levantados y soportados por las patas descendentes que danzan debajo, sobre el suelo. Su forma ovalada permite que hasta seis personas puedan sentarse cómodamente en dos bancos y da lugar a la interacción social, ya que las personas se sientan directamente cara a cara enfrentadas a la mesa.