Este papel pintado está compuesto por medallones que representan un paisaje apacible: cisnes deslizándose por un estanque.
El discreto fondo vegetal sobre el que se colocan los medallones subraya la delicadeza de los rasgos de la escena y la serenidad que emana de ella. El follaje del muérdago, que es como un susurro, es también un motivo distintivo de la casa de Isidore Leroy.