Una bañera, un caparazón, un casco, una forma vacía y abierta totalmente tapizada en cuero. Una silla de montar al revés, extendida, que descansa sobre finos estribos metálicos. Trae a la memoria las formas neoclásicas, claras y absolutas, y la voluptuosidad de las formas sensuales de las figuras femeninas sobre ellas, siempre presentes abajo en los cuadros o en las representaciones de academia, para completar las geometrías y las referencias clasicistas.
Su forma de lira recuerda las atmósferas clásicas en una elegancia moderada, junto con la extraordinaria riqueza del cuero de la silla y el refinado cosido de la talabartería.
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