Un objeto de decoración que define un ambiente; un elemento que encierra en sí la intimidad de un ritual; un proyecto que cuenta en clave contemporánea la tradición del diseño de interiores. Y el escritorio Napa de Umberto Asnago que se transforma en un mueble tocador. Sobre una estructura ligera, resuelta con dos caballetes, se apoya un fino tablero que diseña el espacio con un signo horizontal. Realizado en cuero, metal y vidrio, Napa está equipado con una serie de elementos contenedores escamoteables y otros accesorios, come el espejo, que transforman la dimensión del trabajo en el más sensual e íntimo de los gestos, el del cuidado personal.