El muro doble está compuesto por paneles de hormigón prefabricado combinados con hormigón fresco en obra. Se unen dos paneles de hormigón paralelos de al menos 5 cm de grosor mediante celosías distanciadoras. Las placas de hormigón contienen ya la armadura estática. Los muros dobles se pre-elaboran en fábrica, se suministran en obra, se montan allí y a continuación se rellenan, formando un muro macizo. De esa manera se logra una sección monolítica de conjunto más sólida. La ventaja del muro doble radica en la construcción sin encofrado: con una considerable reducción del tiempo de construcción y la obtención de dos superficies de hormigón liso a la vista.