Permite realizar de modo fácil y asequible auténticos jardines verticales que generan un efecto de compensación, mitigación y mejora no solo del edificio, sino también del ambiente circunstante, gracias a su acción depuradora de absorción de CO2 y polvos finos y a su efecto benéfico desde un punto de vista estético y psicológico.
Protección de las superficies del edificio contra los rayos solares y los efectos del agua pluvial.
Aislamiento térmico y barrera de protección contra el viento, con el consecuente ahorro energético.
Mejora del microclima con disminución del sobrecalentamiento externo: durante las horas nocturnas la vegetación previene la pérdida de calor, mientras que en las hora diurnas se absorbe calor por efecto de la transpiración, de manera que la construcción se mantiene más fresca.
Aislamiento acústico: la presencia del revestimiento verde y de su correspondiente sustrato opone una barrera natural a la difusión de los ruidos.
Mejora de la calidad del aire: por medio de la síntesis clorofílica las plantas absorben anhídrido carbónico y emiten oxígeno; algunas especies absorben también polvos finos y sustancias nocivas.
Mejora del aspecto estético y reducción del impacto visual.
Incremento de la biodiversidad: se recrean hábitats ideales para las plantas y los pájaros.
Beneficio visual y psicológico: la presencia de vegetación, sobre todo en las ciudades donde es bastante limitada, difunde una sensación positiva, reduce el estrés y ayuda a relajarse.