Medio siglo de singularidad, contado por una sonrisa como la del primer día. Firmado en 1965 por los diseñadores Achille y Pier Giacomo Castiglioni, el radiofonógrafo es perfecto porque es único, gracias a un estilo incomparable. Formas con encanto retro, combinadas con una increíble definición del sonido y la posibilidad de orientar y mover los altavoces de la forma más adecuada al entorno circundante, para una experiencia auditiva estimulante e intrigante.